lunes, 26 de enero de 2009

VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.




Las recientes decisiones de la Audiencia Nacional, incluidos los autos del Juez Garzón, han generado una enorme frustración en todos aquellos y aquellas que creyeron que jueces del antiguo “Tribunal de Orden Publico” podrían juzgar a los 18 ministros del Franquismo que aun viven y/o a sus cómplices y encubridores (obispos y cardenales incluidos). Garzón y los abogados de las asociaciones que presentaron denuncias debían saber que la Audiencia Nacional no era competente para enjuiciar dichos delitos, y algún día tendrán que explicar cuáles eran y son las verdaderas intenciones de su actuación.
Desde nuestras entidades, pese a ello, saludamos la iniciativa de Garzón, en la medida que por primera vez se calificaba a los actos del Franquismo como crímenes contra la humanidad y se declaraba nula, por vulnerar el derecho internacional, la Ley de Amnistía de 1977, sustento del modelo de impunidad español. Pero también dijimos, y decimos, que el Golpe de Estado de Franco se produjo contra una gobierno legal y legítimo, y que dado que el Juez Baltasar Garzón no puso en duda, en términos jurídicos, la legalidad franquista, y dado que los delitos fueron cometidos por altos funcionarios del Estado, con el código franquista en la mano, la competencia para investigar estos delitos esta el Tribunal Supremo. La única solución técnicamente posible para enjuiciar de verdad al Franquismo es declarar la nulidad de sus actos jurídicos relacionados y/o consecuencia de los crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen franquista. El Juez Garzón o el Pleno de la Audiencia Nacional debió, a nuestro entender, enviar las actuaciones al Tribunal Supremo solicitando que se nombrase un juez especial para continuar las investigaciones, lo que demostraría su buena fe en permitir el acceso de las víctimas al derecho a la justicia. Si bien el principio del Juez natural es un derecho irrenunciable para cualquier organización progresista, el reenviar la investigación a 62 juzgados ordinarios, tiene consecuencias graves para las víctimas, que puede provocar una clara y completa indefensión a las víctimas y convierte este reparto en un intento de consolidación del modelo de impunidad defendido por el Gobierno y la práctica totalidad de los grupos políticos con representación parlamentaria. Si a ello unimos sospechosos intentos por parte del propio Juez y de sectores afines al PSOE, incluidas sus organizaciones satélites de memoria histórica, de quedarse en la creación de una “Comisión de Expertos” para investigar los hechos, todo parece ser que, por un lado, se pretende que esta investigación no tenga consecuencias jurídicas y muy pocas políticas, y por otro lado, seguir permitiendo que el levantamiento de fosas pueda ser negocio para algunas gentes.
Lo que dichas resoluciones han demostrado el total fraude de la llamada “Ley de Memoria Histórica”, la cual consideramos que se trata de una ley contraria al derecho internacional. La Ley de la Memoria no hace frente a ninguno de los problemas jurídicos derivados de la casuística de las víctimas del franquismo: los niños de la guerra y la denegación de su condición de refugiados; las exhumaciones ilegales de fosas comunes, que seguirían llevándose a cabo sin garantías judiciales y sin respetar los protocolos internacionales e internos para este tipo de exhumaciones; el problema de los españoles que lucharon contra el nacionalsocialismo desde los ejércitos aliados; la no declaración de nulidad de los juicios y ejecuciones sumarias, o la previsión de las garantías adecuadas para el acceso a los archivos de la represión. Causa extrañeza la hipocresía de algunos sectores del PSOE y de IU que a la par que aplaudían a Garzón olvidaban y ocultaban que votaron a favor de dicha norma. El Gobierno de Zapatero y los grupos que apoyaron dicha Ley han cometido una irresponsabilidad moral en cuanto a la localización de víctimas de la guerra civil o de la posterior represión franquista. El actual estado de cosas no es más que la consecuencia de la falta de responsabilidad ética, moral y legal de los grupos políticos parlamentarios que apoyaron la denominada Ley de la Memoria Histórica que dejan en indefensión absoluta a las víctimas y sus familiares y que pretende alejarles de la historia común europea y, especialmente, de las soluciones que se adoptaron en esta materia en los países que sufrieron regímenes fascistas o nacionalsocialistas.
Y hoy nosotros / as nos atrevemos a decir más, dicho olvido consciente de las victimas es una parte más de los acuerdos vergonzantes de la llamada Transición, que tiene en la Constitución su máxima expresión. Por eso, en Asturies tres organizaciones (Memoria Histórica Asturiana, Foro Ciudadano por la República y Foro por la Memoria del Oriente de Asturias) hemos acordado dar un paso adelante, pues entendemos que es necesaria la confluencia y la unidad entre el movimiento memorialista y el movimiento republicano, para sobre las bases de nuestra memoria antifascista y republicana más temprano que tarde, de nuevo, se abran las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
Os invitamos el día 1 de Febrero a las 12,30h, en el Paseo de Poniente (frente al Acuario), en Gijón, a la presentación de nuestra federación a la vez haremos una ofrenda floral en memoria de todos los republicanos.
POR UNA DEMOCRACIA PROFUNDA Y AL SERVICIO DE LOS MAS DEBILES.
POR LA III REPUBLICA.
Contacto:
Tlf: 657839797,
e-mail: foromemoria.asturias@gmail.com
Dirección: Apartado de correos 160, 33500 Llanes, Asturias, y
Belmonte de Miranda, 4, entlo,dcha, 33206, Gijón, Asturias

domingo, 25 de enero de 2009

Fallece Bob Doyle el último brigadista internacional irlandés


Los Compañeos del Ateneo Republicano de Fuenlabrada nos remiten esta luctuosa noticia:

Fallece Bob Doyle el último brigadista internacional irlandés

Bob Doyle falleció en Londres este jueves 22 de enero de 2009 a la edad de 92 años tras una corta enfermedad. Doyle nació en Dublín el 12 de febrero de 1916, poco antes del significativo Alzamiento de Pascua, y fue desde siempre políticamente muy activo. Durante los años 30 se unió al IRA tras haber recibido una paliza en la calle de unos “camisas azules” (fascistas irlandeses) que le ocasionaron heridas permanentes en un ojo para el resto de su vida.

Rápidamente pasó a interesarse también por asuntos sociales y en 1937 decidió presentarse voluntario para combatir en las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil Española, movido en parte porque su amigo y antiguo compañero de piso Kit Conway había muerto en acción durante la Batalla del Jarama.

Tras fracasar en sus primeros intentos de llegar a España, ser arrestado y expulsado de Valencia tras intentar pasar camuflado en una embarcación, inquebrantable, consiguió finalmente entrar en España cruzando a pie los Pirineos unos meses más tarde.

Inicialmente estuvo encargado de entrenar nuevos voluntarios en la base de las Brigadas Internacionales debido a su experiencia en el IRA, aunque desobedeciendo órdenes se unió a un grupo de combate para luchar así en primera línea. Tras participar en la Batalla de Belchite fue hecho prisionero en el frente de Aragón por tropas fascistas italianas en marzo de 1938 junto con otros brigadistas, entre los que destacaba el líder irlandés Frank Ryan.

Permaneció 11 meses prisionero en el campo de concentración de San Pedro de Cardeña, en Burgos, donde los brigadistas era regularmente torturados por carceleros franquistas e interrogados por agentes de la Gestapo nazi, quienes seleccionaban los presos para ser fusilados.

Liberado finalmente en un intercambio de prisioneros, Doyle se alistó en la marina mercante británica durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que una vez acabada ésta se estableció en Londres con su mujer Lola, refugiada republicana española.

Activista hasta el último minuto de su vida, Doyle visitaba España con frecuencia para participar en todo tipo de eventos conmemorativos en torno a las Brigadas Internacionales, la República Española y la lucha contra el fascismo en general. En 1996, junto a otros brigadistas supervivientes, obtuvo la nacionalidad española. Su último discurso tuvo lugar el 8 de noviembre del pasado año junto al monumento en Belfast a las Brigadas Internacionales.

Publicó su autobiografía en 2002 en un conmovedor libro titulado “Memorias de un rebelde sin pausa”, en el que narra sus aventuras no sólo en la Guerra Civil Española, sino durante toda su vida, llena de luchas sociales, sindicales y políticas.

Con Bob Doyle muere el último brigadista irlandés. Le sobreviven sus hijos Robert y Julian, sus nietos y sus numerosos bisnietos.

Escrito por Manus O’Riordan – Traducido al castellano por Antonio Díez

lunes, 19 de enero de 2009

Contenido 1ª Reunión preparatoria actos del 14 de abril

17 de Enero de 2009, 11h. Sede Sociedad Cultural Gijonesa

Acuden:
-FEDERACIÓN ASTURIANA MEMORIA Y REPÚBLICA
-Sr. Zapico (a título individual-)
-FORO REPUBLICANO Y POR LA MEMORIA HISTÓRICA DE AVILÉS Y COMARCA
-PCPE
-SOCIEDAD CULTURAL GIJONESA
-PCA
- ASOC. POR LA MEMORIA HISTÓRICA DE ASTURIAS
-ATENEO OBRERO DE GIJÓN

En un primer turno de palabras se saluda la convocatoria, se aboga en general por volver a invitar a aquellas organizaciones que no han acudido y la necesidad de llegar a un acuerdo de mínimos para poder trabajar en lo que nos une y olvidar rencillas partidistas y rencores del pasado.
Se propone darle a los actos carácter unitario y asturiano al realizar actividades en diversas localidades y que los actos se realicen a lo largo de varios días entre el 13 y el 30 de Abril, dado que se pretenden realizar en varios puntos de Asturias.
Se decide que las organizaciones convocadas se vuelvan a reunir el 31 de enero con propuestas concretas de actividades.
Por último se decide por unanimidad apoyar la convocatoria del acto del 1 de febrero.